El Oriental derrotó 10 veces al Chinandega en la serie de 18 juegos que sostuvieron, pero los más importantes fueron los cuatro triunfos de los Tiburones en las últimas cinco batallas cerrando la temporada, perdiendo solo 2-0 sometidos por el pitcheo combinado de Mainor Mora y Junior Guerra.
Con el desgaste del pitcheo oriental en esta serie de alto voltaje contra el Bóer, las gigantescas dudas alrededor del brazo derecho de Juan Figueroa, quien blanqueó dos veces a los Tigres en un torneo huracanado, y no poder utilizar a Crhistopher Cooper en los dos primeros juegos, se supone una significativa ventaja para el destructivo bateo occidental, que descargó 80 jonrones en la campaña, 26 de ellos contra los Tiburones, incluyendo tres juegos de cuatro vuelacercas y otro de tres, en un alarde de agresividad. Incluso Figueroa, en el inicio de la temporada fue sacudido por cinco cuadrangulares en sus primeras tres aperturas frente a los fieros felinos.
Pese a que las efectividades de Douglas Argüello (2.20 en 73 entradas y dos tercios), y Mainor Mora (2.40 en 48.2) son impresionantes, el Oriental dispone de suficiente pólvora para responder. En 11 de los 18 duelos entre ellos, los cambios de metralla superaron los 20 imparables, incluyendo uno de 30 y agregando 2 de 19. En una de las batallas, se dispararon 8 jonrones, 4 de cada lado. Dinamita pura.
La presencia de Yurandel de Caster, el artillero de la triple corona, y el hecho que Chinandega fue el único equipo con cuatro bateadores de 10 o más vuelacercas, obliga, sin duda alguna, a considerar más dañino el ataque de Germán Mesa. Para cualquier tirador, enfrentar a De Caster, Ramón Flores el co-líder jonronero, William Vásquez el tercer bateador de la Liga, el agitado Curt Smith y Ronald Garth, es un reto tan grande como intentar cortar las cabezas de la Medusa.
La mayor ventaja del Chinandega es el reciente deterioro sufrido por el pitcheo del Oriental en su mayúsculo esfuerzo para eliminar al Bóer. El timonel cubano Mesa tiene a mano su rotación regular sin brazos gimiendo: Douglas Argüello, Mainor Mora, Mathew Rusch y José David Rugama, en tanto Hubert Silva, deberá estar haciendo barajados de cartas para el uso de sus lanzadores, confiando en estirar lo necesario su bullpen, y que sea consistente.
Si se trata de una serie de cañoneo puro, como se sospecha, es difícil, muy difícil, atreverse a apostar contra el Chinandega. Yo no lo haría obviamente, y es mi favorito. Sin embargo, la gran intriga seguirá latiendo: ¿qué es lo que está escrito en el béisbol?
Con el desgaste del pitcheo oriental en esta serie de alto voltaje contra el Bóer, las gigantescas dudas alrededor del brazo derecho de Juan Figueroa, quien blanqueó dos veces a los Tigres en un torneo huracanado, y no poder utilizar a Crhistopher Cooper en los dos primeros juegos, se supone una significativa ventaja para el destructivo bateo occidental, que descargó 80 jonrones en la campaña, 26 de ellos contra los Tiburones, incluyendo tres juegos de cuatro vuelacercas y otro de tres, en un alarde de agresividad. Incluso Figueroa, en el inicio de la temporada fue sacudido por cinco cuadrangulares en sus primeras tres aperturas frente a los fieros felinos.
Pese a que las efectividades de Douglas Argüello (2.20 en 73 entradas y dos tercios), y Mainor Mora (2.40 en 48.2) son impresionantes, el Oriental dispone de suficiente pólvora para responder. En 11 de los 18 duelos entre ellos, los cambios de metralla superaron los 20 imparables, incluyendo uno de 30 y agregando 2 de 19. En una de las batallas, se dispararon 8 jonrones, 4 de cada lado. Dinamita pura.
La presencia de Yurandel de Caster, el artillero de la triple corona, y el hecho que Chinandega fue el único equipo con cuatro bateadores de 10 o más vuelacercas, obliga, sin duda alguna, a considerar más dañino el ataque de Germán Mesa. Para cualquier tirador, enfrentar a De Caster, Ramón Flores el co-líder jonronero, William Vásquez el tercer bateador de la Liga, el agitado Curt Smith y Ronald Garth, es un reto tan grande como intentar cortar las cabezas de la Medusa.
La mayor ventaja del Chinandega es el reciente deterioro sufrido por el pitcheo del Oriental en su mayúsculo esfuerzo para eliminar al Bóer. El timonel cubano Mesa tiene a mano su rotación regular sin brazos gimiendo: Douglas Argüello, Mainor Mora, Mathew Rusch y José David Rugama, en tanto Hubert Silva, deberá estar haciendo barajados de cartas para el uso de sus lanzadores, confiando en estirar lo necesario su bullpen, y que sea consistente.
Si se trata de una serie de cañoneo puro, como se sospecha, es difícil, muy difícil, atreverse a apostar contra el Chinandega. Yo no lo haría obviamente, y es mi favorito. Sin embargo, la gran intriga seguirá latiendo: ¿qué es lo que está escrito en el béisbol?
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